Las bicicletas siembran Copenhague como si fueran un elemento orgánico del paisaje urbano y uno pronto se acostumbra a verlas en todo momento y en cualquier lugar. No en vano Copenhague tiene más de 350km de carriles bici y esta considerada una de las ciudades más seguras para ciclistas. Muchos daneses van al trabajo en bicicleta y es curioso verlos volver a casa en hora punta montados en sus bicis con traje y corbata. Sin embargo ellos no son los únicos que disfrutan de la ciudad sobre dos ruedas.
Si hace un buen día, alquilar una bicicleta es una de las mejores opciones para conocer la ciudad ya que permite desplazarse cómodamente por los diferentes barrios. Abundan las tiendas en donde las alquilan – el precio medio es de 75 Dk (10€) por un día o 350 Dk (49€) por semana – pero también existe la opción de usar una bicicleta pública gratuita para desplazarse por el centro.
Durante mi visita no pude más que registrar con mi cámara algunas estampas callejeras que llamaron poderosamente mi atención. Las protagonistas? Las bicicletas. Aparcadas. Apiladas. A veces derribadas o abandonadas. Otras en movimiento. O dejadas libremente, sin candados. Solitarias o en enjambre. Y en algunas ocasiones…simplemente presentes. Como si alguien las hubiera colocado como parte del decorado para mero disfrute del viandante callejero.
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